Método de Enseñanza

 Cómo Enseñar a los Niños a Leer





Es común en nuestros días oír decir que a los chicos no les interesa la lectura. Además surge la escuela como la única responsable de esta carencia y falta de interés de parte de los niños.
Para que esto no ocurra se presentan a continuación algunas actividades que puedes realizar regularmente.

Haz preguntas interactivas. Incluso antes de que los niños aprendan a leer, podrá aprender comprensión de lectura. Mientras le leas cuentos en voz alta, hazle preguntas sobre los personajes o la trama. Para niños pequeños, estas preguntas podrían ser: “¿Ves el perro? ¿Cuál es el nombre del perro?”. La dificultad de las preguntas podría ser cada vez mayor a medida que el nivel de lectura aumente.
Ayuda a que los niños aprendan habilidades de pensamiento crítico al hacerle preguntas de respuesta abierta sobre los cuentos. Esto podría no ser viable hasta que los niños tengan por lo menos siete años de edad.

Da un buen ejemplo. Muéstrales a los niños que la lectura es interesante y que vale la pena leer para uno mismo. Pronto, empezará a interesarse en leer por su cuenta.

Empieza a hacer asociaciones de palabra y sonido. Antes de que incluso empieces con el alfabeto y otros sonidos específicos, ayude a los niños a reconocer que las líneas en la página están directamente correlacionadas con las palabras que salen de tu boca. Mientras le lees en voz alta, señala cada palabra en la página al mismo tiempo que la dices. Esto le ayudará a captar el patrón de palabras o líneas en la página relacionada a las palabras que pronuncies en cuanto a su extensión y sonido.

Evita usar tarjetas ilustradas. No hace mucho, algunas empresas promocionaban las tarjetas ilustradas especializadas para ayudar a leer a los bebés, a los niños pequeños y de edad preescolar. No obstante, estas no enseñan las habilidades para leer, sino que les enseñan a asociar un determinado dibujo en línea (palabra) con una imagen correlacionada. En general, las tarjetas ilustradas no son la técnica más efectiva ni útil para enseñar a leer. Trata de evitarlas y, en su lugar, empléalas para las otras técnicas de estudio y desarrollo de las habilidades descritas a continuación.

Enséñales a los niños el alfabeto. Cuando los niños hayan desarrollado una conciencia de las palabras, empieza a desmenuzar las palabras en letras individuales. Si bien la canción del alfabeto es el medio más clásico para enseñar el alfabeto, trata de hacer algo creativo. Explícale cada una de las letras con su nombre, pero no te preocupes todavía por tratar de incorporar los sonidos de las letras.
Enséñale primero las letras minúsculas. Las mayúsculas solo representan el cinco por ciento de todas las letras en la lengua escrita. Por lo tanto, dedícate más a enseñar las letras minúsculas. Estas son mucho más importantes en el desarrollo de las habilidades de la lectura.

Desarrolla una conciencia fonémica. Uno de los pasos más importantes para enseñar a leer es asociar un sonido hablado con una letra o un par de letras. Este proceso se le conoce como “conciencia fonémica”. Existen 24 sonidos del habla creados por las 27 letras de nuestro alfabeto y debe enseñarse cada sonido junto con su equivalente de letra(s). Esto incluye los sonidos largos y cortos producidos por cada letra, además de los sonidos especializados de algunas letras combinadas (como la “ch” y la “ll”).

Céntrate en una única letra, parte, sonido. Evita la confusión y construye un cimiento sólido trabajando a paso constante cada uno de los sonidos del habla.
Dale ejemplos de la vida real para cada sonido del habla; por ejemplo, dile que la letra “a” produce el sonido “aa”, como el principio de la palabra “amor”. Podrías incluso convertirlo en un juego de adivinanzas, cuando digas una palabra fácil (como amor), los niños podrían adivinar la primera letra de la palabra.

Enséñales a los niños a rimar. Las rimas enseñan a tener conciencia fonémica y a reconocer las letras, además de las palabras más básicas en español. Léele rimas infantiles y más adelante haz listas de rimas fáciles de leer, tales como: oso, oro, loro, moro, y poro. Los niños empezarán a ver los patrones de sonidos que se forman cuando se combinan determinadas letras; en este caso, lo que hace el sonido “oro”.

Enséñales a los niños a leer usando el método basado en la fonética explícita. Tradicionalmente, se les enseña a los niños a reconocer una palabra basándose en su tamaño, la primera y última letra y su sonido general. A este método de enseñanza se le conoce como “método basado en la fonética implícita”, que va desde la parte más grande a la menor. Sin embargo, los estudios han demostrado que el vocabulario leíble aumenta significativamente (de 900 palabras a 30 000 palabras en el tercer grado) cuando se le enseña a los niños de la manera opuesta: desmenuzando cada palabra en sus elementos más pequeños y armándola en una palabra entera, o sea el método basado en la fonética explícita. Ayúdales a los niños a empezar a leer haciéndole pronunciar cada letra sin mirar la palabra completa primero.

No pases al método basado en la fonética explícita hasta que los niños haya desarrollado una conciencia fonémica adecuada. Si no puede asociar los sonidos con las letras o los pares de letras de manera rápida, necesita un poco más de práctica antes de pasar a las palabras completas.

Haz que los niños practiquen la decodificación. Normalmente se le conoce como “pronunciar” las palabras; la decodificación se da cuando los niños leen una palabra al pronunciar los sonidos de cada letra, en vez de tratar de que lea toda la palabra de una sola vez. La lectura se descompone en dos partes primarias: decodificar/leer una palabra y comprender su significado. No esperes que los niños reconozcan y comprenda las palabras todavía; haz que se centre en el proceso de decodificación y pronunciación de los elementos de la palabra.
Decodificar en voz alta normalmente facilita a los niños a aprender a decir una palabra. Si es necesario, haz que la descompongan según sus elementos con aplausos.
 No seas rígido en cómo los niños pronuncian los sonidos. Los acentos regionales y las habilidades de audición débiles hacen difícil que los niños digan la mayoría de los sonidos de la manera académicamente correcta. Acepta el esfuerzo razonable. Reconoce que aprender los sonidos es solo un paso intermedio para aprender a leer, no una meta en sí.
No te preocupes por la gramática en este punto. Los niños preescolares y los niños de los primeros grados de primaria son muy concretos en la manera en que piensan y no pueden con los conceptos complicados. A la edad de seis años, la mayoría de los niños ya tiene un excelente conocimiento de gramática y a su debido tiempo aprenderá todas las reglas formales de gramática. En este punto, solo tienes que enfocarte en la habilidad mecánica de leer, es decir aprender a decodificar nuevas palabras e incorporarlas en su memoria para construir fluidez.

Haz que los niños te describan una historia. Después de cada sesión de lectura, haz que los niños te describan la trama de la historia. Trata de que sean minuciosos, pero no esperes una respuesta elaborada. Un método fácil y divertido para ayudarle a hacerlo es usando marionetas que representen los personajes de la historia, para que así los niños te la describa usándolas.

Hazle preguntas sobre los cuentos. Muy parecido a cuando le leías cuentos, cada vez que los niños lean, hazle preguntas acerca de lo que acaba de leer. Al principio, le será difícil pensar de forma crítica acerca del significado de las palabras, de la construcción del desarrollo de los personajes y de la trama (o el parecido de todo esto en los cuentos más básicos), pero con el tiempo desarrollará la habilidad necesaria para responder las preguntas.

Empieza con preguntas directas, tales como: ¿Quién era el personaje principal en el libro? en vez de preguntas más abstractas, tales como: ¿Por qué el protagonista estaba disgustado?
Incorpora la escritura en la lectura. La capacidad de leer es un precursor necesario para poder escribir, pero a medida que los niños desarrollen sus habilidades de lectura, haz que practique su escritura al mismo tiempo. Los niños aprenden a leer más rápidamente y más fácilmente si aprenden a escribir al mismo tiempo. La memoria motriz de las letras, escuchar sus sonidos y mirarlas por escrito reforzarán sus conocimientos nuevos. Así que, enséñale a escribir las letras y las palabras.
A medida que los niños aprendan a deletrear mediante la decodificación y la pronunciación de las palabras, notarás que sus habilidades de lectura mejorarán. Recuerda que debes avanzar despacio, no esperes la perfección.
Síguele leyendo. Así como le enseñaste el placer de leer antes de que aprendiera a hacerlo, deberás continuar promoviendo la lectura al leerle o leyendo juntos diariamente. De esta manera, los niños desarrollarán una conciencia fonémica más sólida cuando vean las palabras mientras se las lees, en vez de esforzarse por hacer ambas cosas al mismo tiempo por sí solo.
Haz que lea en voz alta. Tendrás una mejor percepción de las habilidades de lectura de los niños cuando lean en voz alta, además estarán obligados a bajar la velocidad de su lectura para pronunciar correctamente las palabras. Evita detenerlos para corregirles mientras leen, ya que hacerlo podría interrumpir su hilo de pensamiento y dificultar la comprensión de lo que está leyendo.
Leer en voz alta no tiene que limitarse exclusivamente a los cuentos; cuando estén rodeados de palabras, haz que los niños las pronuncie. Los carteles de las carreteras son un ejemplo excelente de lo que los niños ven a diario y puede practicar leyéndotelos en voz alta.

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